viernes, 24 de febrero de 2012

La obra de Rodrigo Iván Mendiola

Resulta absurdo darle más valor a una obra que a otra por sus condiciones históricas, geográficas o estéticas. Lo mismo es la estatua crisoelefantina de Fidias que la pintura románica del maestro de Taüll.  La misma importancia posee algún concierto compuesto por Tchaikovsky que las pinturas de Pollock. Considero que el término “arte” está muy mal aplicado; podría entrar dentro de él todo producto de la sensación humana e inclusive, poniéndonos más estrictos, no necesariamente tendría que ser una creación del hombre. Sin embargo ¿qué decir de las construcciones monumentales que fueron elevadas a los cielos gracias al esclavismo? La pregunta queda al aire.
El artista como fruto de su tiempo aprovecha las técnicas y los recursos de los que dispone. He aquí un ejemplo de cómo transmitir algo a través de la tecnología digital. Su nombre es Rodrigo Iván Mendiola quién a raíz de la pregunta ¿Es el color una puerta a otro mundo? Se inmiscuyó en tratar de plasmar en su obra “signos de singular significado como lo son dioses, mantras, códices, auras, báculos, posturas del yoga y demás mitos y leyendas que el ojo no puede desmentir” Para él –continua-  “nada de lo anterior es propio de creyentes o fanáticos, más bien es la energía de lo que pareciera eterno en las manos de quien lo narra, pinta, esculpe, etc... para mí eso es color”




1 comentario:

  1. Dedicado para la chica mas linda que he conocido nunca & que para mi es alguien que jamas debiera pasar malos ratos en la vida "Esmeralda"
    (TKM)

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